sábado, 5 de noviembre de 2011

Se van a cargar el vinilo por: Matias Uribe

Gran articulo sin desperdicio que os traigo hoy del señor Matias Uribe.



El disco de vinilo no ha muerto ni morirá nunca, al menos mientras se mantenga el mercado de coleccionismo y continúe en progresión la revitalización que ha tenido en los últimos años, pero, ojo, que se están oyendo campanazos alarmantes que alertan del buitrerío de los siempre avizores mercaderes.
Se me quedó grabada una frase de Mikel Barsa, organizador de las viejas ferias de coleccionismo, cuando en los primeros noventa me dijo: “Ahora es cuando el disco de vinilo se revalorizará, porque no habrá”. Ya le había dado el cedé la patada al LP en las tiendas y se había devaluado casi hasta el extremo de material caduco e inservible. Quien más quien menos reponía viejos LPs en formato cedé, cuando no los mandaba al trastero o a la basura. Por eso me sorprendió la frase de Mikel Barsa, a quien por cierto ví la otra noche en un programa del corazón contando algunas de sus experiencias como mánager de Albano durante 20 años. Hombre de mil vidas. Me refiero al amigo Barsa, al que traté durante muchos años y nunca me habló de este cometido.
Pero volviendo al vinilo. ¡Leñe!, que llevaba razón Barsa, que su profecía se ha cumplido al dedillo. Basta pasear por las webs de coleccionismo y quedarse uno más chipiritifláutico que aquellos personajes televisivos ante los precios de muchas piezas. Ayer mismo, mi perplejidad se disparó al toparme con un primerizo EP de Los Beatles, ‘Please Mr. Postman’, de 1963, ¡a 325 euros de vellón! Los piden en todocoleccion.net. A tanto no llegan otras piezas beatlenianasen esa web, pero queman los precios de cualquier disco de los ‘melenudos’ de Liverpool. Y menos mal que no se ofrece alguno de aquellos primeros álbumes de etiqueta con letras doradas sobre fondo negro, que cotizan por las nubes.
Otro campo casi prohibitivo, aunque los precios no se disparen como el ejemplo anteriormente mentado, es el de las nuevas ediciones. Al calor del revival, el snobismo, el culto vintage o a saber qué razón personal, ahora parece que lo ‘molón’ es editar el CD y su correspondiente copia en vinilo. No es idea reprobable, pero resulta temerario para el bolsillo acercarse a la sección de vinilos de conocidas tiendas físicas e incluso de las virtuales. En torno a los 18 euros el LP, cuando el cedé está por la mitad, no deja de producir un pequeño sarpullido.
Me gusta el vinilo, claro. Pero no lo mitifico. No creo en esas afirmaciones de que si suena más cálido que el cedé, que si el sonido es más natural, que si es la esencia del rock y bla, bla, bla. Me gusta esencialmente por su aspecto, porque portadas y créditos lucen como pequeños cuadros de firma colocados en la pared, pero sigue siendo farragoso colocarlo en el viejo tocadiscos, buscar canciones de inmediato, avanzar, retroceder…, y no digamos el dichoso ‘friteo’ de fondo. De hecho, muchas ocasiones, cojo el LP para verlo y ‘acariciarlo’, sentir el tacto de sus duras carpetas de cartón, recrearme visualmente…, y el cedé para meterlo en el equipo de sonido. Comodidad, simplemente.
Pero ya digo, con el nuevo club de aficionados al vinilo, la cosa se está desbordando. Están magnificándolo, lo que es ponerle alfombra roja a los codiciosos mercaderes para que lo etiqueten en las tiendas a los precios que he comentado. No creo que llegue ese momento, pero igual entre avaros traficantes de coleccionismo y chupasangres del snobismo acaban cargándoselo de verdad. Me da la sensación de que igual ahora corre más peligro que hace veinte años.

Fuente: http://blogs.heraldo.es/lavozdemiamo/?p=3275